lunes, 10 de octubre de 2016

EDUCA - FAMILIA

PROBLEMAS CON LOS HIJOS. COMO APRENDER A PREVENIRLOS, AFRONTARLOS Y SOLUCIONARLOS


Solucionar los problemas, se puede comparar a comerse un elefante, cuya única manera es partiéndolo en pequeños trozos. Si se analizan bien los problemas y se trocean, es posible que cada trozo, tenga una solución y tiempo diferente.

Algunos problemas hay que intentar solucionarlos, pensando al revés de su normal desarrollo. Empezando desde prever el final e ir marcha atrás, hasta hoy, previendo y situándose en el hipotético mundo, de las presentes y futuras consecuencias e influencias, en el conjunto de la vida de los hijos y de la familia. Es una muy buena forma de encararlo, al buscar las soluciones a las distintas fases del problema, desde el prisma del momento actual y futuro.

Los padres tienen que centrarse, tanto en las soluciones, como en los problemas. Las soluciones tienen que definirse en forma, tiempo y lugar, además de complementarlas con las preguntas de ¿por qué, para qué, cómo y cuándo?

Los problemas están presentes, los hayamos descubierto o no, llegarán cuando menos los esperemos, o cuando hayamos calculado que llegue. Pero llegar, llegan. Lo importante es prepararse para su llegada, su resolución y asumir o luchar contra las consecuencias. Hay que intentar que no nos superen, hundan o paralicen, pues entonces, es mucho más difícil salir de ellos.

Siempre parece que el problema de hoy, es mucho más importante, intenso y difícil, que todos los que hubo anteriormente. Cada problema se soluciona de una manera e intentamos que pasen al olvido, aunque sus consecuencias o soluciones, hayan quedados fijados en algún punto de la memoria. Pero el problema que llega hoy, es el que nos puede quitar la calma, sin pensar que otros problemas anteriores, también lo hicieron, pero que con la perspectiva de lo pasado, ya nos parece que no eran tan importantes, en relación con lo que en su momento creímos.

Es conveniente repasar lo que ocurrió y la angustia que pasamos, comparándolos con los problemas actuales y ver que, le estamos dando demasiada importancia o que las soluciones que les dimos, podrían aplicarse hoy también. Así cuando pase el tiempo, nos demostrará que siempre sale el sol, después de las tormentas, aunque a algunos les dejen empapados, si no han sido prevenidos.

Los “hijos trofeo” son los que sirven a los padres, para exponerlos ante la sociedad, mostrándolos como signos externos de riqueza. Suelen ser las consecuencias, de las frustraciones personales o colectivas, que creen que van a solucionarse, con la imagen de los padres proyectada en sus hijos. Será muy difícil que los padres puedan prevenir, afrontar y solucionar los problemas que produzcan esos “hijos trofeo”, pues los mismos padres, irresponsablemente, son los que les han inducido a crearlos, ya que les han rodeado de lo máximo que pueden darles, e incluso de lo que no deben darles, ni les hace falta.




LOS 10 PRINCIPALES PROBLEMAS DE LOS HIJOS CON LOS PADRES


1. Sobre la aceptación de la autoridad de los padres.

2. Sobre la administración del dinero, que quiere percibir y lo que necesita, o quiere que le compren.

3. Sobre la calidad y tratos con sus amistades.

4. Sobre la desviación y obediencia a las normas familiares.

5. Sobre la formación religiosa y social.

6. Sobre las relaciones con los otros familiares: Abuelos, tíos, primos, etc.

7. Sobre las relaciones y comparaciones, con los otros hermanos y familiares.

8. Sobre los estudios. Dedicación, horarios, disciplina, resultados, profesores, etc.

9. Sobre los horarios de levantarse y llegada a la casa.

10. Sobre llevar un plan de vida familiar, escolar y social, previamente negociado.


Los problemas son cuestiones, hechos, disgustos, preocupaciones, situaciones o circunstancias, que están sin aclarar y que es difícil o dudoso, encontrar sus soluciones. Aunque algunos tengan una sóla, otros tienen múltiples, pues si no, no serían problemas, serían hechos irresolubles. El asunto es encontrar la más adecuada a las personas y a las circunstancias.

Los problemas llegan atropellándose, unos encima de otros, casi siempre sin avisar. Lo que no se suele saber, a no ser que se haya previsto, es cómo, cuándo y por qué vienen. Hay que tener previstas con anticipación, las soluciones de los posibles problemas, que pudieran llegar. Si no se tienen previstas las soluciones, se debe salir a buscarlas inmediatamente, mucho antes de que los problemas se enquisten, consoliden o se hagan añejos y de difícil solución.

LAS 20 PRINCIPALES PREGUNTAS ANTE LOS PROBLEMAS:


1. ¿A quién le corresponde solucionarlo?

2. ¿Atraigo los problemas, porque soy problemático con mis actitudes de vida?

3. ¿Cómo nos afectan los problemas y sus consecuencias presentes y futuras, a mi cónyuge, a mí, a los hijos, a la familia, a los amigos y a la sociedad?

4. ¿Con quién he consultado el problema buscando soluciones?

5. ¿De qué forma voy a convivir con el problema, si no lo soluciono?

6. ¿Es siempre o casi siempre, la misma persona o circunstancia, la que produce el problema?

7. ¿Hay disposición para cumplir las soluciones recomendadas o acordadas, para corregir los problemas?

8. ¿He aceptado o enfrentado, las realidades de los problemas?

9. ¿He analizado cuál es la causa, por los que han podido surgir los problemas?

10. ¿He analizado las ventajas e inconvenientes, de las posibles situaciones presentes y futuras, producidas por el problema?

11. ¿He analizado, definido, desglosado o desmenuzado sin pasión, los problemas lo más concretamente y en tantas partes, como se pueda hacer?

12. ¿He buscado y encontrado soluciones razonables y viables a los problemas, que estén al alcance de la mano y que no sean quimeras?

13. ¿He confundido los deseos con las realidades, frente a los problemas?

14. ¿He tratado de buscar, si se pueden sacar algunos beneficios de los problemas?

15. ¿Me doy cuenta que cuando no me enfrento al problema, con soluciones razonables, este se agranda más y es más difícil solucionarlo?

16. ¿Me he rebelado interna o externamente, contra los problemas?

17. ¿Me meto constantemente en problemas, que luego no puedo solucionar?

18. ¿Por qué tengo ese problema?

19. ¿Preveo los problemas que pueden ocurrirme y preparo con anticipación, las posibles soluciones?

20. ¿Quién ha sido el responsable de la causa del problema?


Los padres “habriaqueístas” y “ojalahubieraístas” son los menos eficientes,cuando se tienen que enfrentar al tener que buscar soluciones a los problemas reales, presentes o futuros de los hijos. ¿Qué habría sucedido si hubiéramos o hubieran hecho las cosas, de otra manera? Pero no se han hecho como hubiéramos querido. Se han hecho, como se han hecho. ¡Ojala hubiera habido otra forma de hacer las cosas! Es una pérdida de tiempo, alejarse de la realidad y pasarse el día pensando, en cómo deberían haber sido las cosas.

Los padres no deben permitir contaminarse del “habriaqueísmo” ni del “ojalahubieras”, si no tratar de idear, encontrar, planear y proyectar las soluciones concretas, ante problemas bien definidos. Pero esto requiere mucho esfuerzo, si no se está muy bien educado en las virtudes y valores humanos, principalmente en alegría, fe, esperanza y amor.

Los padres nunca deben cansarse de hacer propósito y planes, para prever los posibles problemas, que les pudieran llegar a través de los hijos. Si no aciertan a la primera, deben volver a intentarlo, todo antes de perder la sensibilidad necesaria, para saber localizar los problemas y las soluciones. No deben seguir cerrando los ojos, pactando con un sistema, simplemente porque“Aquí así funciona”, o porque “Todos lo hacen”, “Es mucho más cómodo”. Siempre hay una alternativa, con palabras o acciones, para encontrar las soluciones correctas, pues la educación en la familia, está llena de sacrificios, caídas, esfuerzos y alzadas.


CONTINUAREMOS EL TEMA LA PRÓXIMA SEMANA

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