"EDUCAR EN VALORES A TRAVÉS DEL DEPORTE"
El Hondarribia Ikasbasket nació en 2015 a raíz de que a Candy Navarro, exjugadora de baloncesto, le daba “mucha pena” que en Hondarribia no hubiese un club de baloncesto porque ella había formado parte del Hondarribia-Irun (equipo que fue tercero en la máxima división y llegó a jugar competición europea), que desapareció debido a problemas económicos. De este modo comenzó a elaborar un proyecto partiendo de la idea de que quería que el equipo fuese similar a uno de Pontevedra en el que ella jugó cuando era pequeña. “Era un club que me educaba en valores, gracias a ellos y a mi familia he sido la persona que soy. Ese club nos ayudaba mucho a las jugadoras en los estudios y en educarnos, nos decían las cosas, no solo hacíamos deporte”, cuenta Candy Navarro. Con base en ese recuerdo de educación mediante el deporte que guardaba, tenía claro que los cimientos de este proyecto debían ser “educar en valores a través del deporte, en este caso el baloncesto”. Como ella misma dice, los principales valores en los que educan son los siguientes: “Competitividad, compañerismo, disciplina y responsabilidad”.
Navarro presentó el proyecto en el Ayuntamiento de Hondarribia y cuenta que desde el Gobierno municipal le dieron el apoyo necesario desde el primer momento, por lo que se rodeó de gente aficionada al baloncesto que estuviera interesada en sacar el proyecto adelante. “Hemos hecho una directiva muy competente, y entre todos estamos haciendo un trabajo muy bueno”, indica Navarro, que actualmente ocupa el cargo de presidenta. Tal ha sido el éxito que han pasado de tener alrededor de 80 niños y niñas a tener 150 mayores de diez años. Esto se traduce en que esta temporada 2016-17 el club ha tenido catorce equipos, y el siguiente curso contarán con dos más, 16.
Ante esta situación, el principal problema con el que se encuentran es el de las instalaciones, puesto que no cuentan con espacio suficiente como para “entrenar de una manera que los niños y niñas puedan desarrollar este deporte”. “Llevamos tres años entrenando con seis horas de pista. Entrenamos más de 50 niñas en una hora que tenemos”, explica la presidenta. Navarro considera que la solución pasa por el Ayuntamiento y comenta que “se han dado cuenta de que no podemos seguir así, que se van a reunir y que van a buscar soluciones”. Tiene la esperanza de que pronto sean capaces de dar una solución al problema porque “la relación con el Ayuntamiento es muy buena”.
DOS ASCENSOS CONSECUTIVOS
La pasada temporada (2015-16) “una juvenil pasaba a categoría senior y quería jugar”, por lo que decidieron crear un nuevo equipo porque “la filosofía del club es no decir a ningún niño o ninguna niña que no puede jugar porque ya no hay sitio en las instalaciones. Nos las arreglaremos. Éramos conscientes de que el senior femenino iba a salir tarde o temprano porque las niñas crecen”, indica Navarro, que continúa explicando que “tuvimos que hacer un equipo, y al principio no conseguíamos doce jugadoras. Entonces dije: si no hay suficientes jugadoras para que el equipo salga voy voluntaria, y Pili Domingo también dijo lo mismo”. Sacaron el equipo en regional y consiguieron el ascenso a segunda. Como anécdota de ese ascenso comenta que le “dieron el premio a mejor jugadora y estaba embarazada. No lo sabía, si lo llego a saber no hubiese jugado la fase de ascenso”. Esta temporada tanto Navarro como Domingo, entre otras compañeras, dejaron de jugar, pero el entrenador (Ganix Mirón) hizo “un bloque muy bueno” y el equipo se coló en la fase de ascenso, donde consiguieron hacerse con una plaza en Primera División de Euskadi, la tercera división del baloncesto a partir de la cual se compite a nivel nacional.
La presidenta del Hondarribia Ikasbasket explica que “el objetivo del club no es ser como el Hondarribia-Irun y que el senior sea uno de los mejores equipos de Europa. Pero, si vamos bien y seguimos ascendiendo, una Liga Femenina 2 a mí me gustaría jugarla, es muy bonita. ¿De aquí a cinco o diez años? Vamos a esperar. Queremos que lo que venga sea con gente de casa y que se lo pase bien”.
MÁS QUE BALONCESTO
A pesar de los problemas con las instalaciones que el equipo tiene, el proyecto avanza por el buen camino. El club no solo está enfocado a desarrollar el talento deportivo, sino que también busca desarrollar el talento humano. Navarro cuenta que “el nivel de los entrenadores es muy bueno, no solo a nivel de baloncesto, sino que luego hacen actividades con los equipos, y eso ayuda a los niños porque sobre todo lo que se busca es hacer amigos, que haya una cuadrilla, afinidad entre ellos”. Narra que es habitual que los entrenadores lleven a los niños a comer o a excursiones: “El objetivo es que los niños se diviertan”.