Hay una frase muy usada por los adolescentes y es esta: “no se puede hablar
con mis padres”. Cuando les pregunto por qué no han compartido su punto de
vista con ellos me explican que “¿para qué? Si no escucha…”, “¡Imposible!
Esto no se lo puedo decir a mis padres…se enfadarían un montón…”, “Si se lo
digo se decepcionarán”, “No me va a creer”…
Cuando tu hijo no esté de acuerdo contigo, o al revés, en lugar de intentar
convencerle de tu postura, explícale tu punto de pista empezando así:
“Tienes toda la razón, pero desde tu punto de vista. Desde el mío…”
Esta pequeña frase permite dar la razón a tu hijo y validar sus sentimientos
al mismo tiempo que deja claro que no estás de acuerdo con él sin tratar
de juzgar, imponer o convencer. Tiene el mágico efecto de acortar las
distancias entre conversadores y de derribar barreras comunicativas.
Y lo mejor, es que te conviertes en un modelo para tu hijo de comuni-
cación asertiva.
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