«Los padres son los pilares de la estructura familiar, de las comunidades y de la sociedad»
Hombres que, tras un duro diagnóstico de esclerosis múltiple, se sobreponen y se convierten en deportistas de élite para poder ver crecer a sus bebés, o que a los 42 años empiezan a estudiar la carrera de Medicina para poder comprender cuál es la afección neurológica que afecta a su hija. Mujeres que, con todo en contra y apenas 600 euros al mes, tiran de una familia numerosa con amor, generosidad y entrega absoluta. Hoy 1 de junio, «Día de los Padres y de las Madres», es el día de esas familias que van un poco más allá y se crecen ante la adversidad, demostrando que harían cualquier cosa en el mundo para que sus hijos, independientemente de las circunstancias, puedan llevar una vida feliz y productiva.
Pilares de la sociedad
La fecha la determinó en 2012 la Asamblea General de la ONU, queriendo así reconocer su labor y honrar su trabajo en todo el mundo. Adujeron entonces que la responsabilidad fundamental de la familia siempre ha sido la de cuidar a los niños y asegurar el desarrollo armonioso de su personalidad. «La familia garantiza que los niños puedan crecer en un ambiente de felicidad, amor y comprensión para afrontar mejor el futuro. Por eso los padres son los pilares de la estructura familiar, de las comunidades y de la sociedad», fueron sus palabras.
«Sabemos que el “Día de los Padres y de las Madres” es todos los días pero que se celebre un día en concreto y que esté en la agenda es “importante” —señala María José Olesti, directora de The Family Watch— porque ayudar a reflexionar sobre el valor del papel de los padres, los primeros educadores de sus hijos y como tal, transmisores de unos valores esenciales en la sociedad actual». Aunque son millones, rendimos aquí homenaje a una de ellas en especial por su devoción, compromiso y sacrificio para asegurar el futuro de sus hijos.
«Mis hijos me han dado la vida, la fuerza para salir adelante»
Verónica es una heroína que tira ella sola de sus tres hijos, una mayor, Aroa, de 24 años, y otros dos menores, Izan, de 9, y Nayara, de 8 años. Para ello cuenta únicamente con su sueldo de limpiadora, por el que cobra 670 euros al mes, la ayuda puntual de sus padres mediante tuppers y jornadas de canguros, y algunas tardes en la ludoteca de su barrio, un respiro facilitado conjuntamente por Save the Children y la Obra Social ”la Caixa” Proinfancia. Con eso apenas sobrevive, pero a sus hijos no les falta de nada. Aunque hubo un tiempo, tras la separación, en que no fue así. «No sabía para donde tirar, estaba hundida y me hubiera quedado en casa sin salir. Pero los pequeños tenían 2 y 3 años en aquel momento, y había que sacarlos al parque, o a dar una vuelta. Por eso digo que a mi mis hijos a mí me han dado la vida, la fuerza para salir adelante».
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