ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN 2018
El encuentro mundial de las familias que se realizará en 2018 en Irlanda, en la ciudad de Dublín, no es un intento esconder el pasado, ni de poner una piedra tumbal sobre los casos de abusos sexuales a menores que se registraron en el pasado, porque no hay que olvidar y es necesario hacer penitencia por cuanto sucedido. Ayudará sí a recobrar la confianza pero sin olvidar lo sucedido.
Lo indicó el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, entrevistado por ZENIT después de la conferencia de prensa realizada este jueves, en la que junto al Card. Kevin Joseph Farrell, prefecto para el Dicasterio para los Laicos, presentaron la carta que el papa Francisco envió a los organizadores del IX Encuentro Mundial de las familias que se desarrollará del 21 al 26 de agosto de 2018 en la capital irlandesa, con el tema “El Evangelio de la Familia, alegría para el mundo”.
No es un intento de olvidar el pasado, dijo el arzobispo de Dublín, “será radicada en la realidad y en las dificultades de la Iglesia en Irlanda y de las familias en Irlanda. No es un intento de huir de esto porque son las familias irlandesas y los jóvenes del país que viven en esta realidad”.
El arzobispo irlandés señaló que “la Iglesia tienen que reconquistar su credibilidad” y mirando a los ojos y hablando con voz firme reiteró que “no lo hará intentando de poner una piedra tumbal sobre el pasado, sino enfrentando la realidad, haciendo penitencia por lo que ha sucedido, mirando hacia un futuro, un futuro que no deja estas cosas en el olvido”.
Mons. Martin añadió que se quiere “hacer de la Iglesia un lugar en el que los niños estén seguros y las familias puedan tener la confianza de dejar a sus hijos participar de las actividades de la Iglesia”.
Concluyó señalando que “el próximo sínodo es sobre la juventud y es importante que la Iglesia responda también a las preguntas de los jóvenes”.
En la conferencia de prensa, advirtió también que “existe el peligro de que cada persona quiera imponer una idea personal que no es realmente aquella visión de renovación auténtica que tienen el Papa”.
Así el Santo Padre en la carta de convocación del Encuentro Mundial de las Familias, explica cuál es deseo para la Iglesia; “Sueño una Iglesia en salida, no autorreferencial, una Iglesia que no pase delante de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor, que es la misericordia”.
Señaló también que el evento de Dublín, no es un evento más, sino “un momento en el cual la Iglesia entera está llamada a profundizar la reflexión sobre la enseñanza de la Amoris Laetitia, un momento en el que el amor cotidiano entre marido, mujer y el amor cotidiano de los papás por sus hijos pueda ser reconocido como recurso fundamental para la renovación de la Iglesia y de la sociedad.
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