¿Quieres que tu hijo aprenda a ser flexible? Pues aquí tienes las palabras mágicas…
“Lo siento, me he equivocado”
Disculparnos ante nuestros hijos lo consideramos en ocasiones como falta de autoridad o debilidad. Sin embargo, lejos de ser eso se trata de la actitud más eficaz para enseñarles que no debemos temer a los errores, que nosotros también nos equivocamos y que reconociéndolo podemos buscar alternativas. Cuando dices esta frase honestamente eres un modelo de flexibilidad cognitiva y tu prestigio crece ante ellos proporcionalmente a tu valor y sinceridad.
A veces, “echarte atrás” en una decisión no es debilidad sino un modelo de coherencia: “¿Sabes lo que te digo? Te he dicho que no pero me he equivocado; no lo había pensado con calma. Lo he pensado mejor y creo que tienes razón. Puedes volver a las 21,00h en lugar de las 20,00h. Prefiero que te acompañen a casa más tarde a que vengas solo antes”.
Tus hijos tienen derecho a decirte que no están de acuerdo contigo y por qué. En esos casos en que legítimamente tengan razón, debemos reconocerlo y cambiar de opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario