AMAR QUIERE DECIR DAR, DAR ALGO DE UNO MISMO: EL TIEMPO PERSONAL, LA AMISTAD, TUS CAPACIDADES...
En la Misa con motivo del Jubileo de los jóvenes, en el año de la Misericordia el Papa Francisco les habló de la libertad, del amor, de la amistad y de la bondad.
Sobre la libertad, les explicó: “La libertad no es poder hacer siempre lo que se quiere: esto nos vuelve cerrados, distantes y nos impide ser amigos abiertos y sinceros; no es verdad que cuando estoy bien todo vaya bien” y les habló de la libertad que agrada a Dios: “la libertad es el don de poder elegir el bien”. “No os contentéis con la mediocridad, con “ir tirando”, estando cómodos y sentados; no confiéis en quien os distrae de la verdadera riqueza”.
Papa Francisco les ofreció algunos consejos: “Desconfiad de quien os quiera hacer creer que sois valiosos cuando os hacéis pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando lleváis vestidos a la última moda”, para añadir: “Vuestra felicidad no tiene precio y no se negocia; no es un “app” que se descarga en el teléfono móvil: ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor”.
Sobre el amor les mostró que “amar es bello, es el camino para ser felices”, pero les advirtió: “No es fácil, es desafiante, supone esfuerzo”. “Amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las capacidades personales”, añadió el Papa.
Por ello, les explicó que hay que amar sin poseer: “querer a las personas sin desearlas como algo propio, sino dejándolas libres”. “Siempre existe la tentación de contaminar el afecto con la pretensión instintiva de tomar, de “poseer” aquello que me gusta. Y también, la cultura consumista refuerza esta tendencia. Pero cualquier cosa, cuando se exprime demasiado, se desgasta, se estropea; después se queda uno decepcionado con el vacío dentro”.
Papa Francisco continuó explicándoles el amor: “se alimenta de confianza, de respeto y de perdón. El amor no surge porque hablemos de él, sino cuando se vive; no es una poesía bonita para aprender de memoria, sino una opción de vida que se ha de poner en práctica”.
Finalmente Papa Francisco les habló de amistad y bondad. “Estáis llamados a construir así el futuro: junto con los otros y por los otros, pero jamás contra alguien. Haréis cosas maravillosas si os preparáis bien ya desde ahora, viviendo plenamente vuestra edad, tan rica de dones, y no temiendo al cansancio”.
Para ello les puso un ejemplo, ser como los campeones del mundo del deporte, “que logran metas altas entrenándose con humildad y todos los días”: Que vuestro programa cotidiano sea las obras de misericordia: Entrenaos con entusiasmo en ellas para ser campeones de vida. Así seréis conocidos como discípulos de Jesús. Y vuestra alegría será plena”.
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