«Los
padres no están para servir a sus hijos. No son sus súbditos»
«Queremos que crezcan felices, de la infancia a
la adolescencia», el nuevo libro de la psicóloga infantil Silvia Álava, llega a
las librerías de toda España. Os presento
algunos aspectos interesantes de la entrevista que le han hecho en el periódico
ABC el 10 de noviembre.
Tras la publicación de su libro
"Queremos hijos felices", muchos padres nos comentaron que querían
saber cómo actuar con hijos más mayores. Por eso en esta nueva entrega hemos
decidido centrarnos en el periodo que va comprendido entre los seis y los doce
años. Así, a través de experiencias reales, la psicóloga Silvia Álava va
tratando todo aquello que causa dudas a la familia, y hace que los padres se
sientan mal, fallen, pierdan la paciencia, griten o digan cosas de las que
luego se arrepienten.
Muchos padres de hoy se ven perdidos ante tanta información de
cómo educar a sus hijos.
Los padres de hoy lo tienen más difícil que
nunca. Porque se les junta que es verdad que están muy preparados a nivel
profesional, pero luego tienen un nivel de exigencia altísimo. A los padres de
hoy en día se les exige prácticamente que sean perfectos en todas las facetas
de su vida, incluida la paternidad. Pero es que la sociedad también exige a los
niños que sean perfectos. Los niños desde bien pequeños ya tienen que estar
apuntados a idiomas, a algún deporte, sacar unas notas estupendísimas… Creo que
debemos relajarnos, intentar disfrutar de la paternidad, y que los niños
disfruten de la niñez. Los padres van a educar a sus hijos lo mejor posible,
pero nunca hay que buscar ser el padre perfecto, porque el padre perfecto y la
madre perfecta no existen.
Los
niños de hoy, también parecen estar expuestos a demasiada información, y a un
altísimo nivel de exigencia. Con cuatro años van a clases de chino, de
equitación, de música, y de predeporte.
Los
niños necesitan tiempo para jugar, y también necesitan tiempo para aburrirse.
Hay momentos y edades para todo. Pero incluso cuando son un poquito más
mayores, que ya no estamos hablando de niños pequeños, a partir de los 6 años,
también necesitan un "tiempo en blanco", por así decirlo. Lo que no
podemos pretender es que un niño tenga desde que se levanta hasta que se
acuesta incluida toda la tarde completamente planificada de tal forma que no
les sobra ningún minuto libre. Ese ritmo no hay quien lo aguante. Porque eso
implica estar en una continua capacidad de atención, de organización, de
planificación… no les das tiempo para distraerse un minuto con un muñeco.
Pero
ahora todos los niños van a extraescolares. Parece que si no puede participar
en estas actividades juega en desventaja con otros niños de su entorno.
Respecto a esto, es importante saber que
cada niño tiene una velocidad de desarrollo. Y que no le podemos comparar ni
con los amigos ni con los hermanos. Eso hay que asumirlo. A lo mejor el hijo
del vecino tiene otra realidad, u otras competencias diferentes. Cada niño
puede tener unos puntos en los que destaque, y esto no significa que sean ni
mejores ni peores. Dentro de la familia, educar no es favorecer una competición
para ver qué hijo es el mejor. Cada niño tiene que hacerlo lo mejor que pueda
según sus posibilidades. Y nosotros tenemos la responsabilidad de reforzar según
sus posibilidades, pero no se les puede exigir a todos los niños lo mismo. Eso
es una faena. Porque hay algunos que pueden dar muchísimo y otros no te pueden
dar todo. Y por supuesto no puedes compararle con amiguitos o vecinos…
En el libro nos ofrecen un consejo muy básico, como es no poner
etiquetas al niño. ¿Qué alternativas hay?
El niño nunca va a funcionar bien con
etiquetas. Una de las cosas en las que insistimos mucho es que en castellano
existen dos verbos, ser y estar. Podemos decir "tú no eres malo; te estás
portando mal, y en concreto hoy porque no has hecho los deberes, porque has
gritado a tu hermano…". Debemos especificar exactamente lo que está
haciendo mal en ese momento.
A su juicio, ¿en qué aspecto deberíamos trabajar sí o sí todas las
familias?
En inteligencia emocional (IE). Aunque de
unos años a esta parte ya se empieza escuchar, sigue siendo un tema
desconocido. Hay muchas teorías y modelos para trabajarla.
Los niños y los adultos deben
aprender a regular las emociones. Hay muchos padres que confunden regular las
emociones con aceptar el estallido emocional. Si a determinada edad el niño se
frustra por algo, y le permitimos una pataleta que no está ajustada a su edad,
con un estallido de gritos y contestaciones, el niño volcará su frustración en
los padres.
¿QUÉ PENSAMOS DE ESTA FRASE?
ResponderEliminar¿SON REALMENTE LOS PADRES SÚBDITOS DE SUS HIJOS?
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