domingo, 6 de noviembre de 2016

EDUCA - FAMILIA

EL SECRETO DE LAS SUPERESCUELAS 




¿Qué puedo hacer yo en mi escuela? 

1 Desempolva tu proyecto educativo. El proyecto de una escuela debe ser un documento vivo que se revise con cierta asiduidad. Sitúa el proyecto educativo en el día a día de tu centro, relee algunas de sus partes y analiza cuáles necesitan modificarse de acuerdo con el ritmo de las cuatro fuentes del currículo. 

2 Conecta con tu entorno. Sal a la calle a descubrir cuáles son las características únicas de la realidad de tu escuela. Analiza cuáles son sus cualidades y sus debilidades. Hay grandes oportunidades si te atreves a convertir las necesidades del entorno en el principal motor de cambio. Esto permitirá a tu escuela significarse con un proyecto único. 

3 Entrevista a tu comunidad educativa. La realidad es mucho más que datos estadísticos. ¿Sabes cómo son tus profesores? ¿Estás al tanto de qué les gusta a tus alumnos de secundaria? ¿Compartes las mismas inquietudes que las familias de tu escuela? Ayúdate de entrevistas o métodos cualitativos para lograr el máximo de información útil sobre los principales protagonistas de tu comunidad. Ellos te darán muchas de las claves para tu crecimiento. 

4 Descubre cuál es el superpoder de tu escuela. Cada escuela es diferente, cada escuela es única. Tu escuela tiene un talento que ha madurado a lo largo de su historia con la ayuda de las personas que la han construido y la completan día tras día. ¿Cuál es la cualidad que hace de tu escuela una institución única? Descubrirlo guiará vuestro proyecto y os dará las coordenadas hacia el futuro.

5 Sueña tu escuela. ¿Recuerdas cómo era tu escuela hace diez o quince años? ¿En qué ha cambiado? Ahora cierra los ojos y tómate unos minutos para soñar la escuela que quieres construir. Ayúdate de tu imaginación para visibilizar la escuela donde quieres estar dentro de otros diez años. ¡Atreveos a soñar en equipo! 

6 Crea tu propia cámara del tiempo. Esconde un tesoro en el jardín o en el patio de la escuela. El tesoro puede ser el proyecto educativo, materiales, trabajos, presentaciones... Hazlo con la ayuda de los más pequeños y espera hasta que se hagan mayores para desenterrarlo. Es como viajar en el tiempo. ¿Cuánto piensas que habrá cambiado tu escuela en estos años? ¿Y tu rol como profesor o como padre? 

7 ¿Cómo es el ADN de tu escuela? Si todos los centros tienen características y formas de ser únicas, su desarrollo tiene que notarse en los alumnos. ¿Cómo visualizas a tus alumnos cuando se marchen de la escuela? Describe nueve características que les hacen únicos y que definen el ADN de tu escuela. 

8 Rediseña tu proyecto educativo. Haz de tu proyecto educativo un mapa mental, conviértelo en una historia, en una imagen o en un logo. Anima a tus alumnos a que lo escenifiquen o a que creen un mural audiovisual con la ayuda de herramientas multimedia. Expón tu proyecto en pasillos, patios y salas, pero de formas distintas y originales, que demuestren su carácter único. También puedes convocar concursos artísticos, narrativos, audiovisuales y creativos entre alumnos y padres. 

9 Crea tu propio mapa de escuela. Llegados a este punto, anímate a crear tu propio proyecto de innovación. Hazlo con la ayuda de tus compañeros y de las familias de la escuela. ¿Qué sabes sobre cada cambio en las fuentes del currículo y qué aplicaciones concretas se desarrollarán en vuestra escuela? 

10 Continua leyendo. El viaje no ha hecho más que empezar. 


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